1. El verdadero evangelio es para los
malos. Dios hace saber que, al contrario de la opinión popular, Él quiere a los que son malos: "Cristo murió por los impíos... Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores" (Romanos 5:6; 1 Timoteo 1:15) 2. Pero algunos piensan que son casi tan buenos que no necesitan a Jesucristo. "Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia" (Proverbios 30:12). Es el retrato de los que dicen con indignación: "¿Yo un pecador?". Y hay bastantes personas religiosas que hablan así, porque su religión les engaña. No les dice que son malas sino buenas, o al menos no TAN malas. Las religiones dividen a los seres humanos en varias categorías según la cantidad de religión que tengan o según cuánto practiquen su religión. Pero el Evangelio coloca a toda la humanidad en una sola categoría: la de los pecadores, los malos. En cambio, la religión de esas personas no le dice que su corazón es pecaminoso. Les asegura que son buenas si cumplen o al menos intentan cumplir. Están engañadas y tienen esperanza falsa. No leen la Biblia, no experimentan comunión con Dios y no conocen el Evangelio. Están ocupadas con su religión o filosofía (haz bien y no mires a quién, por ejemplo), y no tienen tiempo para más. Tal vez algunas de estas personas se creen tan buenas que no ven que deben convertirse. El único Jesús que conocen es él de las estampas, y éste les vale, no sienten necesidad de una relación personal y viva con el Señor Jesucristo. ¿Y esto es bueno a malo? Por supuesto que es malo, pero no se dan cuenta. ¿Tú te das cuenta? 3. Los que así piensan, aunque sean sinceros y muy religiosos, son ignorantes, porque: 1) Ignoran al verdadero Dios, quien es Santo y Justo. Lo único que saben es que "Dios es amor" (que aun los paganos dicen esto), pero no conocen al Dios que es "Santo, Santo, Santo", que aborrece la maldad, y como Juez Justo ha declarado que juzgará a los malos. ¿Sabes lo que esto significa para ti? 2) Ignoran la Sagrada Biblia, que declara: "no hay justo, ni aun uno" (Romanos 3:10). O lo que es peor aún, dicen que no creen esto, que es lo mismo que llamar a Dios "mentiroso", y muestra que tienen en alto su propia opinion y la prefieren a la Palabra de Dios. ¿Quién puede ser salvo sin creer a Dios? (no he dicho "en Dios" sino "a Dios"). ¿Tú crees a Dios? 3) Se ignoran a sí mismos. No saben cómo son ante los ojos de Dios. NO se dan cuenta de que aun sus "justicias" (buenas obras) son como trapos de inmundicia ante Dios (Isaías 64:6). Nadie le puede impresionar con sus buenas obras para que sus pecados sean perdonados. No se paga el pecado con obras. "La paga del pecado es la muerte" (Romanos 6:23), nada menos. 4. Otros se creen demasiado malos para ser cristianos. Hay algunos que piensan: "da igual", porque lo importante en esta vida es pasarlo bien, el pecado es bonito o divertido, y después de la muerte no hay nada (esperan que sea así). Pero son necios, porque el necio dice en su corazón: "no hay Dios" (Salmo 14:1). Otros saben que son malos, y que hay un Dios, pero no se ven capaces de cambiar. Creen que el cristianismo es un camino imposible para ellos, que queda fuera de su alcance. Pero precisamente Jesucristo salva a los malos, los que sin Él no pueden. Él nunca salva a nadie mientras esa persona se cree buena. El poder del Señor Jesucristo es tan grande que puede rescatar y cambiar a los más malos, del poder del pecado. La sangre de Cristo es suficiente para limpiar todos los pecados de hombres y mujeres aunque tengan muchos pecados y muy malos. El amor y la misericordia de Cristo son tan grandes, que por malo o mala que seas o hayas sido, hay esperanza para ti. Si clamas a Él, arrepentido de tu pecado y buscando en Él perdón y vida eterna, no serás rechazado. Tú no te puedes perdonar ni cambiar, pero Él si que puede, si humillado te rindes a Él, confiando en Él, y le dejas operar en tu corazón. 5. Amigo, si sabes que eres malo, hay esperanza para ti. Primero: Sin tardar más, clama a Dios y pide Su ayuda. Búscale mientras Él pueda ser hallado. Pídele que tenga misericordia de ti por causa de Jesucristo (S. Lucas 18:13). Segundo: Arrepiéntete de tus pecados, aun del pecado de confiar en tu religión y de decir: "no cambiaré", porque Dios llama diciendo: "vuelvete". Invoca el nombre del Señor Jesucristo, para que Él te salve del poder del pecado, y de la culpa y condena por tus pecados (Hechos 2:21; Romanos 10:10-13). Tercero: Acuérdate que son los enfermos los que necesitan al médico, y son los espiritualmente enfermos los que necesitan al Salvador (S. Mateo 9:12). Jesucristo vino para sanar a los que están espiritualmente enfermos. Lee atentamente S. Marcos 7:20-23, humíllate y reconoce que tienes un corazón pecaminoso. Cuarto: Acuérdate de que porque eres tan malo, necesitas un Salvador muy fuerte y misericordioso. Necesitas a nadie menos que al Señor Jesucristo, porque si Él no te salva, nadie podrá hacerlo. No reces a la Virgen ni a los santos, ni pongas tu esperanza en ritos y sacramentos, porque nada de esto puede salvarte ni conseguir el perdón de un solo pecado tuyo. Jesucristo salva, no en base a sacramentos, sino por la fe en Él, y no poco a poco, sino una vez para siempre (S. Juan 14:6; Hechos 4:12). Necesitas al Señor Jesucristo. Él murió en la cruz, tomando el castigo por tus pecados, fue sepultado, y resucitó tres días después. Cristo vive hoy, y Él quiere y puede salvarte. Ninguna iglesia te puede salvar, pero Cristo sí, puede. Ten por cierto que tú nunca pod rás salvarte haciendo buenas obras ni practicando tu religión, y si fuera posible salvarte así, entonces por demás murió Cristo. Cristo es el Salvador. Tampoco puedes dirigir bien tu propia vida. Cristo es el Señor. Él dice: "Sígueme", así que no piensas hacerle seguirte y aprobar tus planes para tu vida. Debes abandonar tus planes y seguirle a Él, dejándole marcar los pasos a través de Su Palabra. Tú no eres ni Señor ni Salvador, así que, deja el volante de tu vida en manos del Señor. Quinto: Lee y haz caso a lo que la Biblia dice acerca del Señor Jesucristo: "Él
también puede salvar perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios"
(Hebreos 7:25). Resumiendo: Tú eres malo. Él es bueno. Así que, pon tu fe única y
totalmente en Él. © John E. Marshall, con permiso de Silver Trumpet Publications.
Traducido y adpatado por Carlos Tomás Knott. Si no tienes un Nuevo Testamento, escribe o
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